NOSTALGIA DE UN TIEMPO DESVANECIDO
Anhelo de ti, como nunca lo había dicho, como
nunca lo habías escuchado
De alguna forma ya sabes que
aquí siempre te he esperado, y que tal vez este no sea el momento adecuado
pero como ya sabes aquí te esperaré.
Y llegara aquel día, que ninguno de los dos
podrá evitar esa tormenta que más que sea amor, será un colapso de pasión, y
créeme llegará.
Aquel día tu boca forjada me
incitara aun desenfreno, tanto así que
arrancaras mis fobias hasta que el mundo aguarde su colapso.
Tomare tus manos y junto con
la Luna cederé al abismo de tus labios, y ese, ese día será solamente de los
dos
Esta inquebrantable dualidad
me tiene respirando y también desfalleciendo, miro y miraré tus ojos con tal
ternura que será más allá de lo visible.
Mis manos se
afianzan al creer en el tiempo que se desgasta, la rutina es hipócrita genocida de
Caricias y roces de besos
honestos que mi pecho no me deja separar.
Esa armadura, que llevo se ira desvaneciendo pieza por pieza y será
a matar con un trágico y hermoso
final.
Esos ojos y tú sonrisa que
retorna cada vez a tu boca, solo me hace pensar lo mucho que deseo estar en tus
brazos, solo contigo.
Lágrimas tras lagrimas son
como lluvia acida de ilusiones y
esperanzas derramadas de tenernos juntos, sin embargo estoy segura que seremos prisioneros de la fantasía de
inventar estúpidos pretextos para estar juntos, es que nunca ha sido simple vivir de ilusiones, están arduo intentar e
intentar besar algo más allá de lo irreal.
Por más que me resisto no dejas de existir, pues te filtras en todos mis tiempos a cada silencio pues te nombran y vuelven a evocar
riesgos que tú y yo sabemos.
Y ahora entre humos, cenizas
y neblinas de sentimientos lograste
desnudarme con esos ojos que ponen en duda mi existencia.
Con esos labios que sangran
amores, con esas manos que me hacen rozar
el aire y el suelo
Y nunca lo pensé de esta
manera “PERO
BESO TRAS BESO ME DESNUDASTE EL ALMA”
Ahora solo quiero mi
preciosa calma, esa calma que me abraza con un velo nocturno y que con gotas de
luna calman mi anochecer.
Ahora cuando te escucho me estremezco,
y solo escucho no pienso y de mi boca sale un disperso lamento.
Y ahora es así, tan lejano
que esa voz que hacia calmar mis miedos se ha ido con el tiempo
Ahora es así, como antes de
ti no hubiera nada y después de ti tampoco.
Autor: P. Alejandra Ojeda.
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