PEQUEÑA MÍA



Pequeña Mía 


Cuando sientas que tu camino es perfecto, sin que nada te interrumpa, que todo marcha bien, que quizás todo es seguro

sin preocupación a la alteración del tiempo, en donde dos caminan a la par, en donde las mismas estrellas se alinean a lo largo de las noches

en donde lo ideal,  es no cambiar el rumbo del mundo ni el color de la noche, ni que el mundo se vuelva un menudo cambio, en donde la dirección del viento es el mismo rumbo donde construimos nuestros muros.


¡De pronto, cambia todo en un segundo!

ese camino de estrellas ya no se alinean, ahora es constante, ahora es inevitable, ya no es solo Luna y estrella, si no, un universo completo en donde nada es sujeto. 

La pequeña Ninfa no se adapta y deja de volar como antes, aquella Ninfa enfrenta un nuevo inicio, y le duele, duele su amanecer, su desafío.

¿Ya no quieres llegar  al fin del mundo? duele, duele su soledad, se encuentra, y se reconoce así misma

al encontrarse un camino distinto.

La pequeña Ninfa Esta confundida, se asusta quiere volver e intenta como recordar el ayer 

no quiere un camino descalza, entre vidrios rotos por las memorias de su pasado.


Pequeña Ninfa, ven, camina conmigo, volvamos  a enlazar nuestros rumbos. 

¡Vamos!, veamos las estrellas cerca del Mar, apreciemos el mundo, crucemos más de  dos caminos

no interrumpas tus sueños.!

Toma mi mano pequeña mía y las lágrimas de miradas perdidas, de miradas  confusas al temor del mañana se va, desaparece 

tranquila pequeña Ninfa, que todo se irá desvaneciendo con la llegada del sol, ese sol que te cobija con calor

 A tus pequeñas alas.


Autor: P. Alejandra Ojeda.

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